-Olvida tus ángeles pasados y dime qué piensas hacer con tus presentes demonios -le dije con ánimo de obligarlo a trazar un plan.
-Me temo que me abandonaré a lo que venga; por ahora sé que mi vida dejará de ser errabunda, ya no hay necesidad de aquello -dijo eso y apuró otra taza entera de café
-Eres como el perro que gusta de lamerse las heridas -le dije
-Pero sólo porque en esos lugares hubo antes zonas sanas y limpias. A nadie le gusta la peste, pero cómo recuerdan los tiempos en que todo era dicha para ellos. Acepto mi fracaso como parte del equilibrio natural de las cosas, sé que cuando yo fui feliz hubo otros que se ahogaban en la desdicha.
-¿Y qué? ¿Piensas por eso dejarte llevar por donde el equilibrio natural quiera?
-Lo mío ya ha acabado, aunque muy pronto
-No, tú comenzaste muy temprano
Quedóse pensando, dubitativo sobre si empezó muy pronto o acabó temprano.
-Creo que en este caso el tiempo no importa sino más bien los resultados -dijo finalmente-, he delinquido 306 veces, incluyendo aquella vez que robé lo que no quería.
-¿Y te satisface ese número?
-No, para nada. Pero lo que más me inquieta, podrá sonarte ridículo, es que el número en sí no me deja tranquilo.
-¿A qué te refieres?
-Mi propensión morbosa no es sólo hacia los corazones femeninos, sino también hacia los números primos -esta vez no bebió más café, sino que me miró como retándome a reir en su cara
-Corazones y números primos, no es nada ridículo -respondí tranquilamente y bebí un poco de té
-Me temo que eres incapaz de ver lo estrafalario -me dijo, le lancé una mirada de desacuerdo-. Yo salía con mis víctimas sólo el 1, 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, y 31 de cada mes -lo dijo tan rápido que me sorprendió- y sólo a las 7 para el desayuno o a las 13 horas para el almuerzo; las visitaba en sus casas a las 11 de la noche y sólo teniamos sexo de 1 a 3 de la madrugada; ellas debían tener 19, 23, 29 ó máximo 31 años, yo las abandonaba el día de su cumpleaños. Y, por supuesto, salía simultáneamente con 5 o 7 mujeres. Esas fueron mis mañas principales, tenía otras tantas, como que sus números de contacto resulten de alguna forma primos, exploraba sus cuerpos desnudos buscando una cantidad prima de lunares o manchas, cuando ellas caminaban hacia mí y creían que yo adoraba sus piernas en realidad estaba contándoles los pasos y sucedía que a veces me debía alejar un poco, en fin, hasta a mí me cansa recordar estas sinuosidades.
-Y siempre me convocas para reunirnos a las cinco de la tarde ó a las siete de la noche.
-Y yo siempre llego con 13 minutos de retardo.
-Y pides 3 ó 5 vasos o tazas de algo
-No se puede beber directo de la jarra o tetera, y éstas por lo general contienen cuatro porciones.
Hizo una pausa, apuesto a que fue de tres segundos, y volvió a hablar.
-Por eso adoro venir a este lugar- el sitio en el que estábamos era un bar-cafetería llamado "1812"
-¿Por qué?¿Por qué es un número y ya?
-Porque si sumas los dígitos, vas a obtener 3
el problema con algunos números primos es que su resultado podría ser par
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