martes, 15 de abril de 2014
Sweet
Duérmete dulce demonio mío. Mañana nuevamente me fastidiarás la vida a cada inútil intento de alegría. Me recordarás lo inútil de la existencia humana. Nuestra inherente intrascendencia. Nuestro deseo de importancia. Me recordarás la mil y una palabras que puedo usar para describir la tragedia humana. Pondrás en mi mente el conocimiento, en mi boca las palabras, en mi corazón los sentimientos. ¿Para qué? Para desesperanzarme aun más. Pero te quiero. Eres lo único medio real que puedo sentir. Aunque no seas más que una realidad malvada.
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«De la vida es escasa la parte que vivimos. Porque todo el espacio restante no es vida, es mero tiempo.»
ResponderEliminarhttp://www.juntadeandalucia.es/cultura/bivian/media/flashbooks/lecturas_pendientes/sobre_la_brevedad_de_la_vida/files/seneca.pdf
Al parecer no hemos cambiado mucho.