sábado, 26 de marzo de 2011

I Falsos laureles I

Como resultado del letargo consciente exiguo de inspiración -o a lo que sea que los letrados se refieran con esta palabra- en el que, obligadamente, me he visto inmersa, algunas de mis conclusiones (ciertas o no, no lo sé) han pedido ser escritas:
  • Pensar demasiado es un problema común en los depresivos.
  • Es cierto que el agua es vida, ambas son tan insaboras.
  • Y no importa cuanta agua tomes, no le hallarás sabor. Lo mismo aplica a su homólogo.
  • La vida es analógica. Todo lo digital tiene lógica.
  • El único pensamiento que un vejatorio cerebro puede irrigar gira en torno al goce de la autodestrucción.
  • Es mejor tratar con alguien insoportable que con tu yo interno haciéndote vacilar sobre lo que quieres.
  • Todo lo que tienes es lo que crees tener.
  • Sabes que ya eres lo suficientemente mayor cuando vuelves a leer cuentos para niños.
  • Las buenas intenciones existen, pero están camufladas bajo un manto de invisibilidad.
  • Leer foros de depresión me anima.
  • Ni el pesimismo en su versión más estricta ha causado tantos estragos como la 'sana' práctica de insistir en que la esperanza es lo último que se pierde.
  • Si tienes una respuesta a todo, es porque estás tan inflado de endorfinas que te crees mago.
  • Lo que escribes en una clase aburrida, rodeada de cuerpos cuya única manifestación de vida son los bostezos, es definitivamente lo mejor que puede vomitar tu cerebro para apaciguar la desesperación.

domingo, 20 de marzo de 2011

Hace

Esto lo escribí hace un tiempo. Es sólo para recordar:


A la final pienso que vivimos en una imaginación compartida, que esta es nuestra fantasía común, que esto de cierta forma nos gusta, y si esto nos gusta, el mundo real debe ser terrible. Yo vivo en la imaginación de los demás, y también soy la protagonista de mi fantasía. Espero que cuando muera pueda al fin abrir los ojos. ¿Te has preguntado por qué el universo parece nunca acabar? Pues es porque la imaginación es infinita. Y los millones de millones de imaginaciones hacen juntas un lugar tan complejo e incomprensible como el en que vivimos. ¿Por qué crees que el universo y la imaginación se parecen tanto? Pues porque todo esto es una imaginación, una muy poderosa, la de un ente magnánimo, y ese ente lo formamos todos nosotros, es el ente autocreado, la imaginación que sigue adelante porque es sostenida por los sujetos imaginados. No busques quien creó a quién, esa no es la cuestión, igual ya te habrás dado cuenta de que es como un círculo, oh, amo los círculos para explicarme, a ellos no les puedes encontrar inicio ni fin, ¿te das cuenta?, sólo debes fijarte en el camino, eso sí es algo posible. No te confundas más, no debes buscar el origen, o al menos no de la forma en que normalmente lo harías. Podrás comprender el universo sólo cuando logres comprender tu mente. Es decir, ponte a pensar en cómo los demás ven las cosas, podríamos decir que todos las vemos igual pero en verdad no lo sabemos. Pensamos que lo vemos todo, pero no es así, llegamos hasta la tercera dimensión, somos tan ciegos, vemos tan poco. Y nuestro lenguaje tan limitado, al ver una manzana puedes decir que es verde, pero para mí el verde es lo que para ti es el rojo. Otro  problema es que el lenguaje ha limitado incluso el pensamiento, ya no se piensa lo que no se puede expresar.