viernes, 31 de diciembre de 2010

olor a 31

Mmmm, te despiertas y sabes que es el último día del año. A lo lejos suenan camaretas y sabes que hoy alguien saldrá seriamente herido por no saber cómo usarlas. Sabes que hoy algunos intentarán suicidarse, les deseas suerte. Otros tendrán la decepción de que han tenido un pésimo año y no son muy optimistas respecto al siguiente. Alguien habrá por ahí haciendo una larga lista de expectativas y metas. Otro, con otra larga lista, estará enviando al diablo todo lo malo que le pasó y puteando, al estilo del grinch, de uno en uno a quienes le hicieron el año imposible. Algunos de tu generación prefieren embrutecerse y vivir la transición al año nuevo mientras están adormecidos por alcohol y hierba. Olor a gente pensando "nah, hoy es el último día, no importa". A la media noche una madre cantará a su bebé en la cuna, un padre borracho gritará a su familia, alguien llorará la muerte de un querido, alguien se entregará a las delicias del cuerpo y alguien verá las estrellas pensando en la simplicidad y lo sórdido de su naturaleza.
Este día tiene más sentido que el 25 porque en una frase deseas más de tres cientos días de bienestar a alguien y no sólo un tacaño día para 'celebrar el cumpleaños' de alguien en quien ni crees. Empieza el temblor de los corazones anhelantes, de los miedosos, de los dejados, de los enérgicos. Se elevan las columnas de humo gracias a esa bendita costumbre de quemar muñecos y, en el cielo nublado, aparecen enormes luces de colores que no verías si no fuera porque alguien más quiere celebrar a lo grande. Aprovechas las felicitaciones porque sabes que te las pueden quitar, como todo, como cuando tu madre te decía: "yo te di la vida y te la puedo quitar" Así que sencillamente te duermes con tu alma desnuda llena de deseos y pides que te despierten cuando pase el temblor.

domingo, 19 de diciembre de 2010

AM

Mi alma está vacía, o tal vez sea que no tengo alma. Aunque, es cierto que prefiero pensar que sí la tengo; pero entonces está desierta, es tan sólo un vano envase que clama por su preciado contenido, es estéril como un útero que jamás alojará un feto, inservible como una botella de leche que jamás se llena, desperdiciado como un cuerpo que jamás se ha ejercitado. Tú, eres mi única proveedora de tan costosa sustancia; pero, ¿me estás entendiendo o es sólo que tu amable semblante aparenta hacerlo? Me miro a mí mismo y veo a un demente en formación, me veo junto a ti y doy con un loco dichoso. Este prolongado encierro ha aumentado mi sensibilidad, y cada respiro tuyo es ahora garantía de que mi constante monólogo te es de gran utilidad. Pero, ¡por favor, despierta ya! El artista no se satisface con hablar y hablar, necesita también tener un final, recibir la ovación de su público, sentirse amado. Mi mente se debilita, pero no quiero dejar de dirigirme a ti, siento que mi historia sostiene tu vida, y sé que es deleznable como el hilo de una telaraña, y es por eso que prefiero nunca callar, mientras más hilos es más fuerte la red, y la mano de la desgracia tendrá más dificultad si quiere romperla.

lunes, 6 de diciembre de 2010

From the other side

Los ojos ardían en dos cuencas llenas de ácido. Los globos oculares amenazaban con reventar. Ella no quería ser tocada. Se sentía sucia. No había nada cómodo en ella. Las náuseas eran una sensación recurrente. Ya no quería seguir. ¿Por qué hacerlo? Era la maldita pregunta de siempre. Años en la misma carroña. Nada cambia, hubiese querido ya no seguir pensando y escribiendo lo mismo, pero nada ha pasado. ¿Está el fracaso grabado en su piel? ¿Y a quièn diablos le importa? Llorar no ayuda, eso fue al principio, cuando las lágrimas aún tenían sal. Ahora el vómito incluso tiene buen sabor.
-Ya no lo hagas más -imploró el hermano.
-No me mato a mí, la mato a ella -respondió la chica apuntando a su reflejo en el espejo.
-Eres tú ¿por qué no lo ves?
-¿Quieres decir que yo soy un reflejo? Osea que si no existiera el espejo entonces yo tampoco.
El hermano se levantó y caminó hacia ella como quien anhela con un abrazo remediar las cosas. Empujó el espejo hacia una esquina y agarró a la hermana por la espalda, la tumbó contra la pared para que ella sea consciente de su propio y existente cuerpo (fino como lámina) que impedía al hermano rozar la pared. La miró como sabía que a ella le gustaba y con voz de falso poeta empezó a decirle:
-¡Oh, vamos! El espejo dejó de ser espejo hace mucho tiempo. Se supone que servía para armonizarte con tu versión material, era una ayuda para que te identifiques con un conjunto de rasgos. No fue hecho como ayuda para que planees los cambios de tus características en aras de ser semejante a otro. No fue concebido para que los uses como herramienta en tus retoques y distorsiones. El espejo te ofrecía la posibilidad de un desarrollo íntegro, ni por asomo alguien pensó que sería la rajadura para desmoronar el muro. No se supone que serviría para ocultarte, para cubrirte, sino para que puedas contemplar la pureza de tu desnudez. Los espejos originales eran magníficos y los hombres acudían en comunidad a contemplarse en ellos...

domingo, 28 de noviembre de 2010

Sanctus

Amaneces con un nuevo demonio e intentas sacarlo de inmediato antes que se diluya en la sangre y te la amargue por 6.66 días. Es difícil desprenderse. Gusta de trenzarse en tus costillas, de adherirse a tu piel  desde adentro con una fuerza tal que ves al superpegamento como simple agua pura. Pero hay otras opciones, toma un poco de carbamazepina o una dosis de ácido valproico. No se sabe con exactitud cuál es su mecanismo de acción pero en algo ayudará; y, como la lista de efectos secundarios es larga, al menos tu molestia no seguirá estando sola, vendrán vómitos, cefaleas, cansancio, deseos de estar muerto, deseos de sacarte los ojos, o los oídos, si te vuelves hipersensible a los ruidos, antes de terminar con todas las voces, mejor terminas con tu oído, aunque nada puedes hacer contra las voces en tu mente. Estás fregado.
Han comenzado los efectos, sin voluntad empiezas a huir de la figura alada que parece tener un cuerno en forma de aureola. Es gracioso, caminas pero todo pasa tan lento, un simple "hola" se alarga tanto que te quedas viendo las eternas o's. "Hooooola". Lloras sin saber por qué. Lloras por la ignorancia. "I find bliss in ignorance" Te escuchas cantando: "Where is My Mind" Has dados dos pasos, sientes que has dado mil. Has regado una lágrima, te sientes mojado como tu lengua. Has olvidado a dónde te dirigías. Te preguntas: ¿es que alguna vez supe a dónde ir? Sigues riendo mientras lloras. Mariposas baten a tu alrededor y te inundan con sus polvos de colores. Una vez más te levantas y te preguntas dónde estás; suena el movimiento de una frágil criatura; es el escalofrío de tu alma que se siente sola.
Y, para terminar,  te das cuenta que no es un demonio, es un santo, un santo, santo como lo dice Ginsberg:


¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! 
¡El mundo es santo! ¡El alma es santa! ¡La piel es santa! ¡La nariz es santa! 
¡La lengua y la verga y la mano y el agujero del culo son santos! 
¡Todo es santo! ¡todos son santos! ¡todos los lugares son santos! ¡todo día está en la eternidad! 
¡Todo hombre es un ángel! ¡El vago es tan santo como el serafín! 
¡el demente es tan santo como tú mi alma eres santa!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Life book

Hace dos semanas que había empezado aquel libro, lo atrapó desde la primera ojeada que le dedicó. Rememoraba todavía en su mente el gesto de sorpresa de la vieja de la librería cuando escuchó que alguien le ofrecía dinero por el exiguo vejestorio que no logró recordar de dónde lo había rescatado. Él creía que era toda una obra digna de la más fastuosa condecoración. Lo leía como postre en cada comida diaria, antes de dormirse, antes de despertar, en el autobús. Las páginas eran volteadas animosamente y el restante enflaquecía como una mujer bulímica. Permanecía pegado al libro como si éste lo atara por pequeñas raíces. Decidió que aquella noche lo acabaría. Preparó un cómodo asiento, se rodeó de una copa de agua, otra de vino, tres finos bombones, una lustrosa manzana verde y, desde el techo la blanca luz de la lámpara lo focalizó igual que un solitario artista en el escenario. El último capítulo se llamaba “1 de Noviembre” e, igual que todos los títulos anteriores, indicaba la fecha de los sucesos. Mordisqueó el primer bombón y leyó cómo la protagonista llegaba a la casa de su siguiente víctima: ella caminó de largo hasta el salón de estudio respetando perfectamente el silencio de la morada, disfrutó por unos minutos del olor dulzón a chocolate y vino, asomó su pálida mirada y lo observó, solo y desprotegido, bañado por la luz de la estancia como si estuviese en un interrogatorio, pero no era así, él ya estaba juzgado y condenado igual que lo había estado el resto. Luego leyó cómo ella veía temblar a su presa.  Él tembló. Apareció un sonido agudo en su oído derecho y descuidó la lectura por un instante; pensó que era como… “el chillido de una rata”, y recordó que era así como lo habían descrito los personajes atormentados de los capítulos anteriores; su ansia por volver a la lectura se incrementó y se rellenó de placer apenas vio la primera letra. Ella había ya empezado su trabajo, leyó él. El hombre no pudo dejar de leer el libro a pesar que ya sabía cómo terminaba, era una atracción difícil de explicar, ahora podía entender por qué las victimas anteriores no dejaban de leer pudiendo así evitar su fin, por qué, a pesar de que tenían el mando de la muerte en sus manos, simplemente perdían el control; sin embargo, lo que más ira le dio antes de morir fue que había olvidado que aquel día era 1 de Noviembre.

sábado, 20 de noviembre de 2010

La cerda

"...¿enamorada?, ¿yo? Nah! Es sólo una vana ilusión de un gustillo, una exageración de la efusión ocasionada por beber mucha coca, es el éxtasis de los chocolates. No te diré que no he pensado en ello, más bien, he pensado mucho en ello, y sí, es cierto, mi mayor error es ese, pensar. Pero entonces decidí corregirme y dejé de pensar para empezar a sentir, ¿y qué sentí? Banalidades y nada más, mi turbio corazón se volvió trivial. Intenté alejarme y volver a lo básico, pero no es fácil una vez que lo has abandonado, el pensamiento se resiente y es muy celoso de sus amantes. Fue entonces cuando me volví la amante equívoca, amé a mi pensamiento y él no me correspondía, me volví otro corazón roto más del montón. Por querer humanizarme terminé siendo una cerda medio alegre. Estúpidamente abandoné a la sabia triste. El ser humano es idiota, ya lo sé. Yo soy una."

martes, 16 de noviembre de 2010

La Man

Ella hablaba mucho, como casi todas las mujeres, se sentaba frente a mí, le gustaba conversar conmigo. Yo me concentraba en mirar sus tetas medio hinchadas mientras mentalmente me decía que era una mujer. No eran sólo sus músculos desarrollados y la tosquedad de sus gestos lo que me ocasionaba despreciarla como fémina, sino su voz tan horríblemente gruesa. Me era más fácil imaginarla como un hombre gozoso masturbándose con un pene invisible antes que como una delicada mujer de mirada brillante envuelta en su orgasmo.Yo sé que el resto de los jóvenes tampoco la veían diferente que yo, era tan sólo que para ellos ser hipócrita era más fácil. No era una mujer que parecía hombre, lucía más bien como un hombre con un hueco entre las piernas.Parecía burlarse de su vacilante naturaleza de género, nos insistía en que la llamásemos por ese nombre femenino que era muy común entre nuestras madres y hermanas, otro día apareció con un corte de cabello igual al de nosotros, nos animaba constantemente a medirnos en fuerzitas con ella y así también a no estropearle el esmalte rosado de sus uñas...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Desprecio

Le rompí el brazo, me comí un pie suyo, intenté ver a través de sus ojos, la dejé abandonada en el basurero, ¿dónde pones a la gente basura? Pues en el basurero humano, ¿un hogar? No, es sólo un espejismo, ¿una dulce pieza de cerámica con dibujos de delicadas flores? Nada menos repudiable. No eres una flor, no eres un pájaro, no eres una pieza de cerámica, no eres algo dulce, ni algo fino, no eres la nada, el desprecio te queda falto. Sé la tosquedad de mis palabras, y sé que aún no te hago honor. Probar los dos lados permite que te saque hasta el más vergonzoso pensamiento, lo he visto en tus tímidos ojos, te he visto rebozante de vergüenza, anhelando tener cerca un agujero negro. Te he visto canalla en la noche e hipócrita en el día. Es que no es fácil olvidar tu gesto, incómodo, impuro, insano, rebelde, cansino y esclavo. No te preocupes, a nadie das pena, ni siquiera eso mereces.

martes, 26 de octubre de 2010

Tired...

Cansada de ver sus sonrientes fotos de perfil, sus parsimoniosos gestos mientras pasan por la calle camino a sus patéticos trabajos, las caras idiotas de los enamorados, esos intentos de originalidad que no creo que podrían terminar peor, cansada de aquellos malditos estereotipos que veo cada dos metros en mi camino. La lista es larga, y estoy cansada de las listas.
Y, por supuesto, cansada de las personas que aseguran estar cansadas del resto.

Bien, ahora iré a inhalar cocaína dado que tiene efectos similares al amor.

"Dime cuán mala soy, eso me hace sentir bien"

viernes, 15 de octubre de 2010

twenty

Él ya no soportaba las continuas demostraciones de cariño de su familia, esa cara de benevolencia de sus abuelos, esa dulzura de los bebes, esa sensación de vacío, esa preocupación por el futuro. Simplemente se dejó ir a lo más sencillo, decidió explotar en otro mundo, y se clavó un cuchillo en sus pulmones, y luego pasó la afilada navaja por su cuello. Tampoco quería una muerte de película, sólo una forma que le asegure morir pronto; no quería correr el riesgo de que lo encuentren e intenten salvarlo. Hace unos días que su aliento empezó a apestar, él sabía que desde siempre había estado podrido por dentro, pero nunca había sentido el olor. Es una historia simple, no tuvo un enredo amoroso que lo decepcionó, ni un fracaso laboral, ni se entristeció por filosofar. Es tan sólo que cumplió 20 años, y dos décadas bastan para detestar tu vida.

martes, 12 de octubre de 2010

frases

Mi agonía es mayor que la tuya, pues el aguijón implacable del remordimiento no cesará de hurgar en mis heridas hasta que la muerte las cierre para siempre    
..pronto emprenderemos un viaje en el que tu dolor saciará mi eterno odio

               ...del monstruo creado por Frankenstein


martes, 5 de octubre de 2010

umbra

Estando a solas
no muerta, no viva, no en el limbo
no destrozada, no completa, no incompleta
bailando en trío con la muerte y con la vida
sin diferenciar sus marcas ni sus tonos
sin manosear sus pretensiones
ni resaltar faltas o virtudes
soltando esa única facultad que puede volar
y volviendo un nivel atrás en la historia
y regresando a la historia dentro de la historia
cerrando los segundos párpados
envolviéndome en la segunda piel
encarcelando a un guardián o liberándolo
volviéndolos más ciegos y mudos
odiando lo suficiente como para amarla en la próxima parada.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Back to the s h i t

De vuelta al mundo en que todo debe tener una razón, donde no puedes simplemente hacer algo porque sí, y lo contrario porque no. El mundo que te obliga a justificarte a cada instante, el mundo que no deja que te airees despreocupadamente por ahí, que no deja que camines a paso tortuga por las calles y que intentes respirar correctamente vigilando tu ritmo cardíaco, que no deja que simplemente te compres un helado si es que está lloviendo, que no te deja llorar ni así sea esa tu manifestación de alegría. Es el mundo que se convierte en tu caparazón, y el caparazón que luego te hace chillar de dolor por el tremendo peso con que te presiona. El mundo que te hace odiarte más pues te vuelves consciente de lo que hay, y de lo que no tienes. El mundo que te convierte en la espuma de la taza de café: agradable a la vista, y completamente superficial.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Delight


La alegría es tan etérea como el suave murmullo de un moribundo, que aunque dura un mínimo instante sucede que es de perfecta duración. Si durara menos, no podrías disfrutar de su completa agonía; pero si fuera más largo, entonces te hartarías y no sería nada agradable como para poder querer disfrutar de ella por segunda vez. Me vas a decir que querer volver a disfrutar de un murmullo moribundo es pervertido; pero yo te responderé que no querer volver a disfrutar de la alegría es verdaderamente pervertido.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Snail

Ya no puede avanzar. Prefiere quedarse en el mismo sitio, que moverse igual que un caracol. Si supiera que la diferencia no es grande, porque igual se arrastraba desde antes. Tomar consciencia de su realidad, no es nuevo. Sueña que se convierte en mariposa, en búho, y en águila. Y siempre el mismo león la devora. Le explicas que la gota al deslizarse por la pared va perdiendo parte de su contenido. Te responde que no hay nada peor e inservible que una persona compartida a otros. Sin estar convencido, replicas aduciendo que puede encontrar algo dichoso en el camino. Pero ella es pesimista y te responde diciendo que prefiere morir completa a ser generosa. Piensas que empieza a llorar, pero los gemidos no son más que perturbaciones breves producto de su empecinamiento.

sábado, 11 de septiembre de 2010

A





No hay nada de saber en su cerebro. Dudo que el hielo eterno de su ignorancia ose calentarse con la pequeña llama de conocimiento que una minúscula parte de su ser se atrevió a pedir cuando vio que la principal pregunta existencial decidió salir momentáneamente de su claustro para desfilar igual que una puta.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

No sense

Salado pero dulce. Frío pero cálido. Como la primera ley de la termodinámica; ella, que es fría, no puede dar calor. Ninguna palabra ni gesto cálido puede provenir de ella. Es incapaz, como intentar que le crezca un tercer brazo. Sé que su corazón late vigorosamente, pero no me afano en poder encontrar buenos sentimientos. Ella se evapora, como una gota de lluvia que cae sobre una plancha caliente, si es que hay alguien cerca con el ánimo de brindarle calidez humana. Si le preguntas algo, ella responde a baja voz, mirando al piso y retrocediendo con vacilantes pasos. Ha dicho que su fuente social está vacía, y ha maldecido la necesidad de contacto humano que a menudo siente. Ha viajado, pero se ha desesperado encontrando los mismos anhelos en las personas. Solo ha encontrado diferente la envoltura; que una piel es más oscura, que el cabello es rizado, que la nariz es aguileña, que los ojos son claros; que la existencia y la necesidad es la misma. Ha llegado a concluir que sus oportunidades son reales, y que todo lo demás no existe.

lunes, 23 de agosto de 2010

Suciedad

Me levanto. Media ebria por tanto dormir, media sobria por falta de vino. Piso algo violeta en el piso, y me río con ganas; debe ser algo de él, su camisa llena de sudor seco o sus calzoncillos. No entiendo su lío con el violeta, él no es ni gótico ni gay, es un heterosexual que no milita ninguna tribu urbana; otro más. Me pica la cabeza, mis greñas desean algo de limpieza y mis ojos algo de luz. Me lo niego, no moriré por suciedad; en cuanto a la luz, es mi mayor placer jugar a ver luces en la oscuridad. Hay un olor muy concentrado en la habitación, y no es desagradable. Intento sacar al aire mi parte de sabueso, pero no logro nada. Ahora ya no sé ni para qué me levanté, doy un giro completo con una enorme sonrisa en el rostro, tal vez el pensamiento que se me acaba de ir decida volver a mi cabeza si es que me muestro amable. No lo hace. Y no es la primera vez que me pasa, así que decido comenzar a fabricar otra idea, se resiste a ser formada, yo la jalo hacia el exterior, pero ella es como un chicle, se estira demasiado y yo dejo de presionarla por miedo a romperla. !Ah! Ya vendrá otra luego. Me toco la mejilla derecha, palpo dos grasosos granos, era predecible igual que la mucha cera en mis oídos, y por culpa de ellos estoy casi sorda aunque no podré asegurarlo porque en este sitio siempre ha existido un delicioso silencio. La piel de todo mi cuerpo está áspera, es fácil comprobarlo porque estoy desnuda, cuando vives en la oscuridad no necesitas tapar tus vergüenzas, esa es la ventaja, en la oscuridad eres libre y nada más. Mi boca es otro cuento, con mi uña puedo pelar una capa de no sé qué sobre mis dientes y escarbar en la otra gorda capa sobre mi lengua, apuesto a que si comiera algo no podría sentirle el sabor porque mis papilas gustativas estás ahogadas en la comida que consumí hace cuatro días... o seis días, no lo sé. Las uñas las tengo de mediano tamaño porque las he mordisqueado y por eso es que están mochas. Siento lagañas en mis ojos, y no son las únicas secreciones secas en mi cuerpo. Sí, así es, lo he hecho seguido por varios días. No importa nada, total todo esto es una mierda, hace tiempo que perdí el sentido, y mejor me vuelvo a dormir no vaya a ser que alguna pulcra idea intente meterse en mi cabeza. 

domingo, 22 de agosto de 2010

Mañanita

Muy muy muy temprano, el cerebro ya empieza a elaborar sus aberraciones desde antes de despertarse. Comienza con un poco de sueños psicodélicos en los que algún extraterrestre del tamaño de nuestro sistema solar nos usa como sazón en sus comidas; él dice: "y luego le agregamos una pizca de humanidad", ahí es cuando agarra a nuestro planeta, la tierra, y lo empieza a sacudir como a un salero y entonces caen algunos miles de cadáveres, él ve lo que ha caído: "oh, vaya, ha sido gente africana, !qué bien!, eso le dará un poco de color a la comida". Luego viene el sueño en el que los postes de energía eléctrica son reemplazados por enormes humanos que permanecen quietos. Carece de sentido, igual que ver a un pescado junto a un candelabro vacío. Ver un cementerio en el que las flores secas rejuvenecen y vuelven a ser frescas y fragantes, y las criptas son abiertas desde dentro por personas que jamás murieron. O el vaso de metal sobre el que desembocan cinco ríos pero que jamás se llena. Los grafos que la mano no puede escribir. La historia innarrable. Y la telekinesis en sueños.

martes, 17 de agosto de 2010

El hombre del camino

En cierta ocasión, me encontraba viajando a la ciudad de Nnnn. Llevaba ya tres horas manejando y mis piernas empezaron a adormecerse por lo que decidí aparcar el auto a un lado de la solitaria carretera y caminar un poco. Estaba cercana la hora del crepúsculo, y el aire tenía ya aquel típico frío nocturno. Me detuve un momento a contemplar el amplio bosque de eucaliptos que se mecía en lo alto de la montaña; luego, intenté ver el río de agua lodosa que pasaba por el valle. Fue entonces cuando oí el sonido de una rama seca siendo quebrada; pensé que podría deberse al viento; luego, no volví a oír más. De nuevo alargué el cuello para observar el paso del río y fue cuando vi aparecer la poblada coronilla de una cabeza hacia mí, la colina por la que subía era sumamente empinada, razón por la que me sorprendió aún más la velocidad a la que se acercaba. Apenas di dos pasos atrás y un hombre apareció frente a mí, alzó su cabeza al instante. Medía cerca de 1.8 m, de cabello negro, sencilla ropa de tela, zapatos de calidad pero viejos, y con barba de alguien que no se rasurado por tres días. Como no me miró a mí sino al auto, pensé de inmediato lo peor; sin embargo, yo tenía la ventaja de estar más cerca de la puerta así que me apresuré a hacerlo; ni bien había terminado de trazar mi plan cuando él habló con voz gutural:
-Llévame -dijo.
-¿A dónde vas? -pregunté, más por inercia que por amabilidad.
-A donde vas tú.
-Pueda que yo no vaya a donde tú vas.
-Todos vamos al mismo lado, a la final -dijo disminuyendo una octava el volumen de su voz, y volvió a bajar su cabeza y mirada al piso. Dí vuelta y abrí la puerta del auto, y no sé cómo llegó tan pronto pero él me cogió del brazo y yo sentí un escalofrío por todo el cuerpo.
-Llévame -dijo nuevamente.
Por supuesto que ahora por nada del mundo lo llevaría en mi auto, la reminiscencia del escalofrío me ocupaba  toda la mente.
-Llévame -volvió a decir.
No me importaba saber nada más de aquel hombre, pero ya que no soltaba mi brazo pensé en preguntarle algo con el fin de distraerlo un poco:
-¿Cómo llegó usted hasta aquí? 
Él no contestó de inmediato, parecía confundido por la pregunta; luego, sus ojos se volvieron llorosos y aflojó su mano de mi brazo.
Debería haber entrado en el auto y marcharme en el acto, pero alguna desconocida razón me lo impidió y permanecí en el mismo lugar deseando escuchar una respuesta.

lunes, 9 de agosto de 2010

Conversaciones estúpidas

-¿Tienes novio? - dijo una, supuestamente, amiga.
-No -con el tono más aburrido que pude encontrar.
-¿Por qué? -haciéndose la sorprendida, con mirada de 'oh, tu eres hermosa, ¿cómo es eso posible?'
-No lo sé, me da pereza -dije esperando a que se rinda ante lo absurdo.
-¿Y eso qué tiene que ver? -responde, y yo acepto que su cerebro hace tiempo está en 'off'
Maldita sea, ni siquiera tengo ganas de terminar la nada inteligente conversación que me vi obligada a mantener. A la final, como sea, le dije que me vale, todo me vale, ¿y qué? Pues nada, ella se fue pensando en que soy una sufridora. Y yo me fui alegre a seguir pensando en que la vida apesta.



"-... Hay ciertas cosas que jamás deben ser cambiadas de lugar
-¿Cómo qué?
-Como el papel higiénico, !demonios!, ¿creen que no es desesperante pensar que se acabó? "



Otra:
"(a falta de algo que decir) -...hoy es miércoles
                                         - sí, así es, todo el día"


...en vivo, trasmitiendo desde el más calentito infierno.

Bufón

He aquí la historia del payaso más triste. Para quien la vida estaba en blanco y negro, a diferencia del colorido maquillaje de su rostro. Le diagnosticaron síndrome bipolar, llamado también síndrome maníaco depresivo. Este conocido payasito aprendió a controlar su enfermedad, y por ello se volvió tan popular como desdichado. Luego de su jornada, no mayor a cuatro horas pues era su máximo, en la que había arrancado tantas risas niños y adultos por igual; se dirigía apresurado a su habitación, en busca de soledad y tristeza. Una habitación sucia, sin energía eléctrica ni de ningún otro tipo, una a la que ni siquiera las cucarachas se aventuraban a explorar, una tan melancólica que sólo la solitaria luna se atrevía a visitar con su plateada luz. Una habitación que, aunque estaba en el último piso, tenía suelo de tierra, tierra estéril como el corazón del desnudo y tibio cuerpo humano que solía acurrucarse en ella. Por eso el payaso siempre olía a tierra, a los niños no les importaba y a los padres les parecía que era porque jugaba con los niños en el jardín, más ni en sus peores sospechas pensarían que era porque él gustaba de cavar un hoyo y permanecer oculto en él. Hacer de bufón era su necesidad, debía ejecutar sus enérgicas rutinas, recitar bromas hasta provocar dolor abdominal en sus espectadores, y esperar hasta que la depresión apareciese. Aquella profesión era la única forma de pasar por desapercibido su enfermedad. Pero había algo más, siempre lo hubo. Los niños; ah, los niños, con sus bien alimentados miembros, sus delicadas pieles, sus suaves cabellos, sus brillantes ojos y sus dulces y pequeños labios. Se parecían demasiado, sí, demasiado a la tierra en la que se envolvía, a la tierra que acostumbraba moler con sus manos, oh, ambos eran tan frágiles, tan insignificantes pero tan llamativos. ¿Cómo poder negarse a estrujarlos?, ellos parecían invitarlo a hacerlo, le mostraban sus pequeñas y rosaditas mejillas, ah, sus perfectas mejillas lucían tan deliciosas como la goma de mascar que con tanto gusto consumían los pequeños, y aquellas manitas gorditas como un bollo, oh no, pero, ¿quién podría negarse? Oh, solo eran humanos pequeñitos, antes de hacerse más ridículos e idiotas, pero es que se veían tan apetitosos, como la tierra, exactamente, sí. 
Cada vez que estaba en su hueco de tierra, era en cambio su suplicio, quería morir, para escapar del otro ser que lo habitaba y que anhelaba estrangular a los pequeños, o pincharlos pensando en que eran globos. Morir, sin embargo, era dejar de sufrir, y el payaso triste sólo quería vivir enfermizamente deprimido, ojalá pudiera quedarse por siempre en ese hueco, respirando desde ahí el húmedo aire de la mañana, la calidez del sol por la tarde y recibiendo, en su cuerpo desnudo por tener así mayor sensibilidad, la nocturna caricia astral.


lunes, 2 de agosto de 2010

Cleptómano de corazones, 3

-Y ...¿jamás te enamoraste? -le pregunté, debo admitir, con mucha curiosidad.
-Si es que alguna vez lo hice, no me preocupé en cultivarlo. A mi me atraía más saber que los pensamientos de ellas eran míos; además yo sabía muy bien lo que ocasionaba esa cosa del amor, es como un monstruo que te devora el corazón y, en la mayoría de los casos, te deja luego llorando en la oscuridad. Seamos sinceros, a la gente le gusta sufrir por amor; a mí, en cambio, me gustaba ser el promotor de aquello, y pensaba que debido a mi habilidad yo había nacido para hacer eso. ¿Tenía yo razón para hacerles daño? No, y justamente eso era lo que me motivaba, no hay razón más fuerte que la sinrazón. Era de lo más irresistible recibir sus mensajes y llamadas, te habrá pasado alguna vez que se te queda grabado en la mente algún estribillo de una canción vulgar, yo, por mi parte, me pasaba el día canturreando sus voces en mi mente. De cierta forma, te parecerá que fui un esclavo de ellas, pero en realidad yo lo hacía a voluntad y recibía una gran retribución por ello, y era feliz. 
-Ah sí, feliz con la infelicidad de otras; ya me lo habías dicho.
-Exacto, a veces me sentía como un cerdo y a veces como un sabio. Tenía dos pensamientos en mí. Por un lado era un cerdo, ignorante y sólo atento a las gratificaciones materiales de mis víctimas. Pero, otras veces mi mente se inundaba de reflexiones moralistas y terminaba sumido en la desesperación existencialista. Puede ser ...-bajó la mirada al piso y estrechó sus manos-, puede ser que sea ello lo que me ocasionó esta pérdida de mi habilidad. Porque acepto que antes yo era un cerdo feliz, y progresivamente fui teniendo ganas de convertirme en alguien con una perspectiva mucho más amplia, más cosmopolita. Y resulta que ahora estoy en camino de sabiduría, sí, eso es, ahora soy un sabio triste.
-Pero, según parece todavía quieres volver a ser un cerdo, ¿me equivoco?
-La verdad es que, con el tiempo mi mente lo ha ido asimilando de mejor manera. Ahora casi puedo estar seguro de que prefiero ser un sabio triste a un cerdo feliz -dijo estas palabras y curvó sus labios, casi como si quisiera sonreír, casi como si tuviera esperanzas de volver a sentirse bien por sí mismo, de encontrar una nueva forma de vida. Pero entonces una pareja de jóvenes enamorados ingresaron y se colocaron en la mesa más cercana a la nuestra. Él bebió con prisa el resto de su café, yo ya había acabado lo mío, me jaló del brazo y me dijo, casi suplicando-: salgamos. Que asco ...el aire apesta a amor.

sábado, 31 de julio de 2010

Simplemente, así estoy

Acostada sobre un duro colchón, sin sábanas ni cobijas. En una habitación que apesta a mezcla de cemento y arena. Los perros ladrando fuera como si el propio demonio anduviera cerca. Con la cara doliéndome por tanta sonrisa forzada. Mi espíritu buscando la comodidad de la oscuridad. El cerebro carcomido por los gusanos de la psicosis. Recordándome que todavía falta por resolver si la locura no es más que un nivel superior de lucidez que la limitada capacidad humana no puede manejar.

viernes, 30 de julio de 2010

Unnamed

Tan sólo estuve cinco minutos dentro de su mente, y me desbarató psicológicamente, me hundió y sin ninguna dificultad. Es cierto que fue asombroso, ver ya no con los ojos sino con las proyecciones de sus complicados esquemas mentales. Pero salí casi sin fuerzas vitales, en este momento, mientras escribo, estoy acostada con apenas fuerzas para teclear, mi mente quedó profundamente desgastada, y mi cuerpo como si hubiera ejercitado un día entero. Mis ojos están vagos, como que se ofendieron por haberlos hecho a un lado. Segura estoy de que fue una experiencia que muy pocos tienen, me gustaría poder explicar lo visto, pero no se puede, no se trató sólo de una imagen, no sólo de sentimientos; era ver cien imágenes a la vez, y verlas desde todos lados, fue ver nuevos colores, y toda clase de figuras amorfas. No me preocupa la complejidad con que escribo esto, porque sé que no podré dar a entender la maravillosa visión que tuve. Me mojé en los pensamientos, y me embarré de un oscuro sentimiento que, como el lodo apesta cuando está podrido, y ¿dónde se pudre?, pues donde no es su ambiente: en este mundo.

jueves, 29 de julio de 2010

Cleptómano de corazones, 2

-Olvida tus ángeles pasados y dime qué piensas hacer con tus presentes demonios -le dije con ánimo de obligarlo a trazar un plan.
-Me temo que me abandonaré a lo que venga; por ahora sé que mi vida dejará de ser errabunda, ya no hay necesidad de aquello -dijo eso y apuró otra taza entera de café
-Eres como el perro que gusta de lamerse las heridas -le dije
-Pero sólo porque en esos lugares hubo antes zonas sanas y limpias. A nadie le gusta la peste, pero cómo recuerdan los tiempos en que todo era dicha para ellos. Acepto mi fracaso como parte del equilibrio natural de las cosas, sé que cuando yo fui feliz hubo otros que se ahogaban en la desdicha.
-¿Y qué? ¿Piensas por eso dejarte llevar por donde el equilibrio natural quiera?
-Lo mío ya ha acabado, aunque muy pronto
-No, tú comenzaste muy temprano
Quedóse pensando, dubitativo sobre si empezó muy pronto o acabó temprano.
-Creo que en este caso el tiempo no importa sino más bien los resultados -dijo finalmente-, he delinquido 306 veces, incluyendo aquella vez que robé lo que no quería. 
-¿Y te satisface ese número?
-No, para nada. Pero lo que más me inquieta, podrá sonarte ridículo, es que el número en sí no me deja tranquilo. 
-¿A qué te refieres?
-Mi propensión morbosa no es sólo hacia los corazones femeninos, sino también hacia los números primos -esta vez no bebió más café, sino que me miró como retándome a reir en su cara
-Corazones y números primos, no es nada ridículo -respondí tranquilamente y bebí un poco de té
-Me temo que eres incapaz de ver lo estrafalario -me dijo, le lancé una mirada de desacuerdo-. Yo salía con mis víctimas sólo el 1, 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, y 31 de cada mes -lo dijo tan rápido que me sorprendió- y sólo a las 7 para el desayuno o a las 13 horas para el almuerzo; las visitaba en sus casas a las 11 de la noche y sólo teniamos sexo de 1 a 3 de la madrugada; ellas debían tener 19, 23, 29 ó máximo 31 años, yo las abandonaba el día de su cumpleaños. Y, por supuesto, salía simultáneamente con 5 o 7 mujeres. Esas fueron mis mañas principales, tenía otras tantas, como que sus números de contacto resulten de alguna forma primos, exploraba sus cuerpos desnudos buscando una cantidad prima de lunares o manchas, cuando ellas caminaban hacia mí y creían que yo adoraba sus piernas en realidad estaba contándoles los pasos y sucedía que a veces me debía alejar un poco, en fin, hasta a mí me cansa recordar estas sinuosidades.
-Y siempre me convocas para reunirnos a las cinco de la tarde ó a las siete de la noche.
-Y yo siempre llego con 13 minutos de retardo.
-Y pides 3 ó 5 vasos o tazas de algo
-No se puede beber directo de la jarra o tetera, y éstas por lo general contienen cuatro porciones.
Hizo una pausa, apuesto a que fue de tres segundos, y volvió a hablar.
-Por eso adoro venir a este lugar- el sitio en el que estábamos era un bar-cafetería llamado "1812"
-¿Por qué?¿Por qué es un número y ya?
-Porque si sumas los dígitos, vas a obtener 3

martes, 27 de julio de 2010

Cleptómano de corazones, 1

-Jamás te he contado sobre mi víctima menos deseada, sobre mi menos favorita -dijo queriendo sonar interesante, él sabía que yo detestaba sus historias pasadas, pero lo acompañó con un gesto de ternura que no pude soportar y asentí en silencio.
Nos sentamos en una solitaria mesa libre que había al fondo, él pidió cinco tazas de café y yo, como siempre, un poco de té.
-No es que me vanaglorie de haber alcanzado siempre lo que he deseado. Más bien quisiera poder decir que siempre no he alcanzado lo no deseado. Pero qué mas da; tener algo, mejor dicho a alguien (rectificó porque me vio fruncir el ceño al referirse a una mujer como cosa) que no era de mi agrado me fue muy extraño. Te diré, querida amiga, que ella no era ni por asomo lo que yo deseaba en una mujer; sin embargo, ahora con qué gusto la acogería, pero lo más probable es que despierte en ella tanto aprecio como en las demás: nada. Esta mujer fue como el bonus desdeñado de una de mis usuras. La llegué a detestar, sí. Fue el oprobio por mi faltas. Yo era feliz con todas las penas que le ocasionaba a las mujeres cuyos corazones robaba, pero el corazón de esta mujer me sabía repugnante. Físicamente, con sus miembros rechonchos y uñas llenas de mugre, se parecía más a un hombre. Trabajaba de jardinera y apuesto a que ningún capullo ni ninguna flor se atrevían a madurar en su presencia. No tengo idea clara de cómo fue que ella me conoció, tal vez estuvo trabajando en casa de una de mis mujeres. El hecho es que, una mañana cuando salía de mi casa la encontré en mi jardín sembrando rosas; al verme, los ojos se le iluminaron y caminó toscamente hacia mí. Yo podía identificar claramente cuando había atrapado a alguna, y ella estaba bien atorada en mis garras. No pudo hacer más que sonreírme, y yo tampoco sabía que decir. Jamás practiqué a devolver lo robado. Me parecía imposible, pero hasta a los ladrones nos pasa que obtenemos lo no deseado.
No quería jugar con ella, desde el primer momento supe que no me traería ninguna satisfacción. Yo siempre había sido un imán de mujeres, no tenía idea de cómo repelerla, así que decidí ignorarla. Debo aceptar que observar su mirada triste me llenaba de remordimientos, pero me recordaba a mí mismo que en realidad le estaba haciendo un favor al mantenerla al margen de mis artimañas. Dejó de ir a trabajar gratis en mi jardín, pero aún la veía dar vueltas por fuera de mi casa. Pasó demasiado tiempo hasta que se alejó completamente, y yo mientras tanto procuraba rodearme de mis amadas. 
Pueda que no te parezca la gran historia, pero así fue. Yo jamás le hablé ni ella a mi, aunque claro, cada quien por razones muy distintas. Ahora estoy pasando con cada mujer lo que ella conmigo cuando la ignoré, y me siento peor aún de lo que entonces cuando no podía evitar pensar en ella. Ah, siento que la mente se me vuelve débil al recordarla porque sólo va a traerme más tristeza y ni mi cuerpo ni mi alma anhelan más torturas. -Vació su primera taza de café, nunca he entendido cómo las personas pueden beber algo recién hervido y no hacer ningún gesto; tal vez era que su alma estaba tan fría que ni la temperatura cercana a la ebullición podía reanimarla.

lunes, 26 de julio de 2010

Cleptómano de corazones

Él me contó cómo y con qué ganas había usurpado los corazones de sus dependientas. Fue así como comenzó. No fue un experimento, él sabía exactamente lo que hacía y lo que podría pasar; lo único que no sabía es que eso le iba a resultar inevitable, que se convertiría en su trauma. Siguió creciendo y siguió hurtando sin remordimientos. Cuando lo conocí, era ya natural en él enamorar con una mirada, y robar el corazón con una sola palabra. Pero un día descubrió que ya no le bastaba, su satisfacción ya no venía por la misma vía que antes. Y la larga colección de almas, corazones, y desgracias ocasionadas se volvieron insípidas a su exquisito gusto.
Por un tiempo se empeñó en jugar niñerías; no se trataba de apasionarse como siempre sino de ocasionar relajillos bobos, estúpidas conjeturas a sus víctimas. Y como toda etapa, pasó y avanzó un nivel. El que luego su vida se tornara aburrida no es ninguna sorpresa, también intentó colocando a varias mujeres en líos más serios, incluso probó con hombres. Pero no le gustó, ni le bastó.
Ahora, en cambio, ya no puede enamorar tan fácilmente. No es que haya perdido su encanto, porque él sigue igual de atractivo, sino que ya no sabe cómo hacerlo. No hace mucho que sentí lástima viéndolo intentar enganchar a una joven en un bar; ella no se inmutó y él se hundió más en su depresión.
Hoy quedamos en vernos, él necesita un poco de compañía, y yo trataré de persuadirlo para que deje de hacer intentos. A menudo cuando hablamos, él gusta de recordar sus buenos tiempos; sin embargo, es plenamente consciente de la inutilidad de aquello. El pasado es un fantasma bienvenido pero vano.
Lo estoy esperando en la puerta del café donde siempre nos encontramos. Le gusta llegar tarde, se siente deseado, y yo decido darle ese gusto.
A los quince minutos de retraso aparece doblando por la esquina, lleva un sencillo buzo verde y unos jeans. Su belleza no necesita mayores complicaciones.
-¿Me he pasado mucho? Perdón por la tardanza -dice él con su gesto amable, noto que está usando un perfume diferente del normal, es mucho más fuerte; supongo que ahora intentará llegar a las mujeres desde la nariz, pero está muy equivocado.

jueves, 15 de julio de 2010

Poder 1

Podía manejarlo desde mi mente, podía organizarlo, destrozarlo, exaltarlo, y humillarlo a voluntad. Pero, ahí fue cuando él se puso atento, subrepticiamente se vino en contra mía. Ahora era yo la dominada, era la creadora sumisa a su criatura, el amo que sirve a su esclavo. Mi servidumbre bajó a niveles por debajo de la más mísera criatura: el humano, por supuesto. ¿Qué podrá ser peor? Pues me volví no sólo esclava de él sino de mí misma, el autoimpuesto yugo se hacía más fuerte que el otro. Por un momento compitieron, pero incluso nadie es mejor vasallo para sí mismo que justamente sí mismo; se trata del esclavo que conoce perfectamente a su amo y del amo que sabe cómo abusar de su siervo. Y esta sumisa ya no puede más...

Elevación

Como un zigzageo vino. Es difícil intentar desterrar lo no pretendido. Olvidar tu obsesión cuando tu obsesión es obsesionarte con cualquier cosa. ¿Y él eleva mi espíritu? No, claro que no. Sólo crea un caos en mi energía, es un acelerador y nada más. Es el experto en el descontrol, su trabajo se ve culminado cuando me lleva al desenfreno y luego simplemente me abandona. No es malo, sólo hace su trabajo, tal vez al que menos se le tiene gratitud. Sólo es un acelerador y nada más...

jueves, 8 de julio de 2010

Spiders

Está subiendo por una de las paredes de mi insípida habitación; "sin prisa, pero sin descanso", lo hace con orgullo como una mujer caderona que se menea ante la vista de un hombre; sólo que, a diferencia de la mujer, nadie quiere ver a esta criatura de ocho extremidades pavoneándose cerca suyo. La dejo seguir, pero entonces me doy cuenta que luego me podría hacer daño y que la única forma de evitarlo es dañándola yo a ella en este preciso instante. Otra circunstancia común: con quienes no te entiendes lo mejor es apresurarte a ser el primero que hiere, porque el que primero hiere lo hace dos veces. De acuerdo, lo haré, busco algo, para herir cualquier cosa es útil, lo importante es la intención, y vaya que la tengo, tomo un cuaderno y lo estampo sobre ella, una mancha color miel oscura aparece sobre la pared y, en la parte del cuaderno está ella, plana igual que una calcomanía. ¿Llamarían a esto el ciclo de la vida?

martes, 6 de julio de 2010

Ahí estan

Ahí están ellos, puedo oír sus voces parlanchinas desde aquí, puedo escuchar su grito por cada insignificante éxito que consiguen y las deliciosas lamentaciones por sus faltas. Y es que, ellos son apasionados, depositan toda su confianza en lo que sus ojos ven a simple vista. Y no les importa nada más, no hacen caso al lastimero sonido de fondo que anuncia su constante desgracia. Pretender enseñarles es inútil, necesitarían cambiar su fisonomía para lograrlo; pero no, ellos son lánguidos, esa es su máxima, y cualquier cambio en aquello que creen perfecto los puede desbaratar. Y ellos siguen ahí, en la misma arcaica habitación a la que no quieren abandonar.

lunes, 7 de junio de 2010

Yo no fui

Podía sentir su espesa sangre chorreando por mi cuerpo. No fue mi culpa, igual si lo fuera no me importaría. Él se merecía eso, o sino por qué más iba a pasarle aquello. Se supone que todo pasa por algo, que "Alá no permite que caiga una sola hoja de un árbol sin que sea su voluntad" En fin, ¿qué me importa su muerte? Él no era más que otro hombre, en mi vida me encontraré con unos cuantos miles más y probablemente ni siquiera lo recuerde dentro de unos años.
Nadie lo sabe, nadie me ha visto con él, no pueden culparme. Otro muerto en circunstancias extrañas, ¿debería quemarlo?, tal vez así no encontrarían nada de cuerpo y él quedaría como uno más de la larga lista de desaparecidos. Mirándolo me doy cuenta de que la vida es tan frágil, y la muerte tan oscura, tan misteriosa, tan seductora, llena de significado, de pasión...
La sangre empezó a secarse sobre mis brazos, será mejor que vaya a lavarme si no quiero luego tener que fregarme los brazos con un cepillo lleno de detergente....nos vemos....

Control

Es una cuestión que nunca deja de torturarme, ¿cómo mantener el control? Un minuto lo mantienes y luego vives todo un día de desenfreno. Y no importa, igual luego te vas a arrepentir. Sabes cómo será luego, siempre el mismo maldito cuento. Es retroceder, porque simplemente, si no avanzas entonces retrocedes, podrás argumentar que permaneces en el mismo lugar, pero la cuestión es que, dado que los demás avanzan, entonces tú no puedes quedarte ahí, ellos te hacen lucir como retroceso. Podrás no hacer nada, pero los otros te hacen empeorar.
Vivir entre sombras no es malo, en tanto nunca olvides la existencia de la luz. Las sombras son protección.

domingo, 6 de junio de 2010

Atracón

Tremendo atracón que me he dado hoy, cinco paquetes de esas galletas de chocolate favoritas de muchos, acompañadas de yogur (entero, nada de desnatado), empanaditas de queso, y unos cuantos atados de masa muy comunes por acá. Nunca he vomitado lo que me comido, aunque he estado a punto de hacerlo. Cuando todo ello está dentro en tu organismo, ya no sientes nada más que llenura, no hay muchos recuerdos del sabor que te sedujo hace un momento, sólo la horrenda sensación de arrepentimiento y la misma promesa de siempre de: "no lo volveré a hacer" Pero siempre sucede todo lo contrario, y ese arrepentimiento pasa a formar parte del proceso de un atracón. Hay tres partes: la previa, en la cual intentas inútilmente evitar hacerlo, sabes que vas terminar comiéndotelo pero aún así te gusta pensar que intentas ser fuerte. Cuando ya te cansas de engañarte, o te aburres, viene la parte de "el hecho", que es cuando te das el gustillo y te dejas llevar por el sabor. Luego viene la peor parte, "el post", esa etapa llena de pesadumbre que desprecia todo intento de levantar el ánimo, porque sólo es depresión, ... la palabra clave en este blog.

sábado, 29 de mayo de 2010

Mmm

Ya no soporto. Veinte y dos años aguantando y negando lo que debe ser. Hay momentos en los que el control se esfuma, hay momentos en los que me como a mí misma por dentro, momentos en los que el lío dentro de mi cabeza ya no me deja siquiera ver la realidad, aunque esté rodeada de ella. Momentos de plena lucidez y genialidad seguidos por minutos ahogados en la manía. Momentos incontrolables. Pero todo lo insano permanece, y tal vez lo único cuerdo que queda es poder disimularlo con un disfraz humano.

miércoles, 26 de mayo de 2010

La angelical Celestina

Ella tenía esa mirada de envidia con la que todas las mujeres cuentan siempre que están frente a una modelo. Y la modelo tenía ese aire de reina que la hace ver más importante de lo que apenas podría ser en realidad. La llamada modelo tenía un cuerpo de esos que pone a los hombres con cara de hambrientos, y ella había pasado por muchas hambrunas para conseguirlo. Celestina, quien observaba a la modelo, no era menos capaz de notarlo que lo que los hombres. Pero mientras que ellos la hacían parte central de sus más secretas aberraciones, Celestina sólo se imaginaba cómo podría rebanarla por delante y por detrás para dejarla plana e indeseable. No se creía malvada por pensar en aquello, porque cada vez que lo hacía era libre y si algo te hace sentir libre entonces no será malo.

domingo, 16 de mayo de 2010

POr qué? ¿Por qué las brujas malas nunca tienen final feliz?

¿Por qué las brujas malas nunca tienen final feliz?
Yo si sé por qué. Porque los finales felices son aburridos, alguien verdaderamente consciente se da cuenta que lo mejor no es simplemente eso de "y vivieron felices por siempre"; es mejor lo de: "la bruja siguió viviendo odiada por muchos", refleja que la bruja siguió aprendiendo y los principitos se casaron y se estancaron en su felicidad. La bruja mala siguió mejorando (de acuerdo, no hay que ser mala) y se superó mientras que la feliz pareja de tortolitos no. La bruja tuvo más dificultades y problemas, se hizo cada vez más fuerte e independiente (y claro, también más mala) y el príncipe con la princesa recibieron ayuda de todo su reino y fueron más dependientes entre sí.
En conclusión; la bruja, independientemente de su maldad o bondad, tuvo más y mejores oportunidades que los que fueron condenados a vivir felices por siempre.

miércoles, 5 de mayo de 2010

adicta o inmune

La deliciosa, la increíblemente placentera depresión siempre me ha seducido. Y sin embargo de lo que 'los cuerdos' dicen, a mi jamás me ha hecho daño. De hecho, es lo que me permite seguir. Por eso es que me pregunto: ¿soy adicta a inmune a la depresión? Porque es de lo mejor que me ha pasado, no puedo alegar nada en contra de ella, me satisface hasta un punto que cada vez va más allá de lo que podría pensar. No sé por qué, esta es una de esas cuestiones que no se pueden argumentar.

otros más

Millones de personas moviendo sus cansados cuerpos a través de la única ruta posible. Miles de personas sacando sus erubescencias. Cientos muriendo a la desgana. Decenas descubriendo una nueva falsa ruta. Y algún día alguien podrá caminar en contravía.

Las sombras me impiden ser salpicada de la carroña que cae del cielo.

Estoy sentada aquí viendo cómo la gente va y viene. Esto ya lo habrá escrito mucha gente ¿verdad?, no se trata de algo nuevo. Estudiantes metidos en los salones compartiendo su hipocresía por la vida. Otros, más honestos, intentando huir de aquí. Pero, si los unos quieren salir, tienen las ligazones de sus allegados. Y los otros, que se conforman, ni para qué hablar. Personas desgarradas de corazon, hechas polvo que alguien se fumará algún día y seguirá la misma fantasía.
Pierdo la vista, ¿por qué será? Tal vez mis ojos ya no soportan tanta marranada, y acordaron a biológicamente deteriorarme ya que al parecer yo no hago para cambiarlo.

jueves, 25 de marzo de 2010

Y la obra se llama...

 La gran obra, el fundamento de toda vida
el presagio de la venidera muerte,
la columna desperdigada de humo fastuoso de la existencia
simplemente
 la obra se llama..."mi vida apesta"

jueves, 28 de enero de 2010

Cómo suicidarse

Una forma correcta de hacerlo es así:
1. Despídete de tus familiares, "amigos", vecinos, mascotas (si es que te viene en gana)
2. Date una buena ducha (el tanato de la funeraria te estará muy agradecido)
3. Arréglate, ponte tu mejor ropa. Recuerda: no se muere todos los días, es una fecha muy especial
4. Ahora con cabeza fría y profunda autoconfianza decide tu forma de morir. Puedes comenzar considerando: lenta y dolorosa ó rápida e indolora. No te apresures ni estreses, muy pronto terminará todo suplicio y si es necesario puedes tomarte un pequeño descanso, un snack mientras te relajas.
4.1 En caso de haber elegido lenta y dolorosa, puedes inventarte tu propia forma o acudir a algunos clásicos como:
- Cortar las venas: morirás lentamente mientras te desangras. Por favor no olvides hacer el corte longitudinal, el error más común es cortarse las muñecas en forma horizontal. No es necesariamente dolorosa, algunos incluso la encuentran embriagante; puedes disfrutar de los mareos mientras agonizas.
- Tomar veneno: como raticidas o químicos fortísimos. Es recomendable consumirlo junto con apio ya que éste ayuda a una mejor digestión. De la misma forma sería bueno tomarlo con el estómago lleno, puedes aprovechar la ocasión y matar dos pájaros de un tiro acompañándolo con tu comida favorita -tu última comida por cierto-
-No beber, es decir morir por sed. Talvez una forma muy lenta pero dolorosa, sentirás como si tu cabeza, riñones y ojos fuesen a explotar.
- Inhalación de gas tóxico. Esta es una forma muy especial, ya que no sientes dolor y la mayoría de las veces simplemente te duermes para nunca más abrir tus ojos.
4.2 Si tu elección es más acorde a estos tiempos en los que todo se vive rápido. Puedes elegir o crear muchas formas de muerte rápida y en muchos casos ni sientes dolor, o por el contrario el dolor es inmenso aunque claro de muy corta duración.
- Conducir a 180 por hora, chocar contra un árbol, o caer a un precipicio. Si quieres añadirle algo más de adrenalina puedes escoger un día lluvioso para con suerte patinar en la carretera.
- Ahogado: en unos minutos tu cuerpo ya no tendrá suficiente oxígeno para mantenerte vivo.
- En llamas, muy doloroso. Ni siquiera verás como te carbonizas porque hasta tus ojos estarán ardiendo.
5. Si es que todo salió bien, ya debes estar muerto

Como sea, antes de morir sentirás dolor. Y es que nada bueno se alcanza sin antes haber sufrido un poco.

lunes, 18 de enero de 2010

infiernillo

Quiero gritar llorando,
mi corazon es un sumidero de emociones fuertes.
Me alegro. Ahora ya no solo mi cabeza es un infierno sino que también mi corazon es un huracán de sentimientos desesperados.

Mi vórtice emocional no conoce límites, sólo aumenta su fuerza y nada más, no hace nada. Yo soy quien se siente afectada, ese ojo de huracán es un problema porque yo quiero que lo sea. Porque bien que podría vivir tratando hasta la eternidad de llevarme bien con mi infiernillo interno; pero no, yo hago que me afecte y me consuma.

Mi infiernillo interno me consume...y mi vórtice emocional no conoce límites
El uno me debilita y el otro me lleva a la extrema euforia. Ambos son malos.
¿Por qué lo normal tiene que ser lo mejor, lo bueno?
Sólo en un profundo sueño puedo sentirme libre y en paz.
Si no estoy cansada no puedo soñar; entonces el vino sale a socorrerme
y me deleita como el canto de una sirena.
En el límite del engaño de la bruja disfrazada de sirena es cuando decido dejarlo;
hasta la felicidad me llega a hastiar.
¿Cómo puedes saber lo que quieres si sabes que ni la felicidad ni el sufrimiento te bastan?


Y una vez más vuelvo a lo mismo; donde mi mente es un infierno...............